miércoles, 6 de septiembre de 2017

No lo llame retro, llámelo nostalgia colectiva



Donde algunos dicen que si algo es bueno en un futuro próximo será un clásico, otros como un servidor entienden que un clásico actual lo es porque en un pasado fue extraordinario.



La industria del entretenimiento electrónico empieza a cosechar cierto bagaje con el transcurso de los años y con ello una nueva vertiente de negocio está de moda, la nostalgia colectiva. Y digo nostalgia porque decir retro no sería el término adecuado. Cualquier elemento relacionado con los videojuegos y/o informática de hace 15 años hacía atrás puede denominarse retro, sea bueno o no, pero únicamente aquellos que ahora se consideran clásicos tienen cabida en el mercado, pues fueron, son y serán buenos pero sobretodo cuentan con un numero elevado de potenciales consumidores. Por este motivo no todo lo retro se considera clásico, pero no necesariamente significa que si no es un clásico no es bueno. Hay muchísimos productos retro muy buenos que por distintas razones (marketing inexistente, otros productos similares, etc...) no llegaron a ser clásicos. Riot City de Sega, por poner un ejemplo, fue un arcade beat 'em up muy notable pero Final Fight lo eclipsó por completo. Evidentemente el segundo es superior al primero pero eso no implica que el título de Sega sea uno de los mejores para su tiempo y que ahora haya quedado en el olvido de la cultura general de la industria.





No lo podemos negar, lo clásico vende, y no sólo a nivel de producto puro y duro en forma de hardware y software. El merchandising también forma parte del mundo. Una lámpara de Tetris, un peluche de Bub, un llavero de Blanka, un espejo de la Trifuerza o la espada de Cloud son claros ejemplos de esto. La cantidad de productos que podemos encontrar relacionados con la nostalgia "videojueguil" es tan amplia que abarca muchísima variedad y cantidad.








Pero cuando hablamos de intentar triunfar con bases hardware/software de hace más de 20 años hay muchos factores a tener en cuenta, pues no toda la nostalgia pura triunfa, pues para ello además de la base de clientes potenciales hace falta adaptarse a la actualidad, saber que se tiene entre manos y mimarlo hasta límites insospechados. Un remake de un juego debe de aportar algo nuevo, ademas de adaptarse a las nuevas formas de interacción con el usuario. Grim Fandango Remastered es un ejemplo brillante de remake, mientras que otros títulos no pueden sacar el mismo pecho. Del mismo modo la nueva Nes Mini o la próxima Super Nintendo Mini van a ser los mayores exponentes del harware nostálgico, en contraposición tenemos los modelos de Megradrive o de Neo Geo X que fueron revocados al olvido (aunque todavía alguna tienda tenga algo de stock), la reedición con licencia de Sega por ser un producto poco cuidado con una selección de juegos tan amplia como innecesaria mientras que la máquina de SNK por tener un precio elevado y una tirada muy corta. Atari, por favor, espero que tu Ataribox esté a la altura...





No menos importante es la parte de coleccionismo nostálgico electrónico, cada vez más de moda. Conseguir una consola antigua funcional cada vez es más complicado y caro, aunque hay modelos relativamente asequibles, encontrar ahora una GameBoy blanca de primera edición funcional y en perfecto estado no resulta fácil si no estás dispuesto a llegar a los 80€. Del mismo modo los cartuchos de juegos de segunda mano cada vez van incrementando, pues no bajas de 10€ por un título cualquiera, mientras que encontrar un Tetris de Tengen de NES puede ser dificilísimo y no por menos de 1000€ (y si es de Megadrive, que existen contados, la cifra aún se dispara más).









Por último quería hablar de algo que he bautizado como "retromix", esa nueva vertiente de mezclar juegos clásicos con productos nuevos. No voy confundiros, se trata de videojuegos nuevos que utilizan partes retro de títulos anteriores para dar énfasis a las nuevas creaciones. Aquí también podemos hablar tanto de productos grandes como humildes, del mismo modo que de éxitos y fracasos. Double Dragon IV es un ejemplo que se quedó a medio gas (aunque es muy divertido) mientras que el brillante Sonic Mania ofrece la cara más amable de este nuevo género. Y tan grande va a ser este movimiento que incluso el nuevo Mario Oddysey para Switch se las ha ingeniado para que hayan partes donde la integración con el estilo clásico de 8 bits consiga llegar a la patata de cualquier gamer veterano.








He de reconocer que soy muy fan de lo retro y por consiguiente de toda la nostalgia de ese subgénero del mundo de los videojuegos, por eso lamento no ser lo suficientemente rico, pues hay tantas cosas que me gustan tanto, que me resultaría imposible adquirirlas todas, y esta vez olvidaros del negocio que hay detrás, pues para mí todo lo retro con calidad es considerado cultura, independientemente del éxito que obtuvo en su momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La edad de oro de los 8 bits

Voy a ser sincero desde el principio: todos los que me conocen saben que mi consola favorita es sin lugar a duda NES.  Quizá los más neófit...