Navidad está cerca y la maquinaria de la industria del videojuego lleva trabajando gran parte del año para dicho momento. Aprovechando la época de mayor consumismo, las compañías preparan sus mejores lanzamientos para conseguir buenas ventas y cerrar el año natural con buenos números. Es verdad que esta estrategia se repite año a año, y parece no demostrar síntomas de cansancio, siendo la más extendida y copiada alrededor del globo, pero además ayuda a enmascarar con cifras económicas un mal producto con mucha elegancia.
Seamos sinceros, con el paso del tiempo cada vez cuesta más lanzar una consola o un juego nuevo. Los desarrollos son más complejos, la dificultad en cada iteración/generación aumenta exponencialmente y la expectación generada permite seguir creciendo una burbuja que aparentemente todavía tardara unos cuantos años en explotar. Estos factores son los principales argumentos por los que año tras año las novedades para la campaña navideña aparezcan antes. Aunque la fecha de lanzamientos esté alejándose de la llegada de Papá Noel, la fecha límite sí que está asignada de hace unos pocos lustros gracias a la ingeniería del marketing, fijándola a Black Friday.
Al mundo del ocio electrónico le viene muy bien toda esta tendencia de fechas, pues con los desarrollos actuales, sacar un producto cerca del gran evento podría ser una jugada muy arriesgada, mientras que tener un mes y medio de margen, ayuda a poder pulir todos los defectos que puedan aparecer. No hay que ser muy avispado para comprender que en el caso del software, el vicio de poder parchearlo mediante una actualización es, a día de hoy, un cáncer que permite a los desarrolladores ser menos cuidadosos y apretar tiempo donde en realidad no deberían de hacerlo, siendo los consumidores los principales sufridores de las consecuencias.
Desde mi punto de vista los juegos para la campaña se lanzan en tres fases: La fase de los necesitados, la fase de los conformistas y la fase de los suicidas. Vayamos a explicar cada una de ellas para que lo entendáis mejor.
- La fase de los necesitados: Es la fase que marca el inicio de la temporada, y pertenece a aquellos lanzamientos que necesitan de una mayor campaña publicitaria, un mayor margen de tiempo de mejora (en caso de necesitar actualizaciones) o una menor competencia inicial. Este año ha empezado la última semana de octubre con Super Mario Odyssey, la nueva entrega de Assanssins Creed y Wolfestein. El título de Nintendo porque con la novedad de la Switch quién golpea primero lo hace dos veces, el título de Ubisoft porque después de sus últimos bugs necesitaba reestrenar su franquicia con garantía y el título de Bethesda porque necesita atención antes que sus competidores.
- La fase de los conformistas: Es la fase más gorda, donde aparece la gran mayoría de los juegos anunciados. Han tenido desarrollos con las fechas bien marcadas y seguramente terminados hace meses, pero prefieren salir en dicho momento para potenciar las ventas. La fecha de dicha fase suele ser 15 días antes del Black Friday, muy cerca de la campaña y con un pequeño margen de corrección en caso de problemas leves. También es la fase preferida para los lanzamientos hardware, pues éstos deben de estar bien terminados tres meses antes de su salida al mercado y no tienen margen de errores, tal vez si en firmware, pero el hierro no puede fallar bajo ningún concepto. Este año podemos encontrar en esta fase a los mismos de siempre: Call of Duty, Battlefront, Pokemon, Neef for Speed, etc.. Aunque esta vez encontramos un hardware nuevo como la Xbox One X de la que posiblemente hablemos en breve.
- La fase de los suicidas: Es la fase más divertida de todas, aquí encontramos juegos que no han llegado a tiempo y/o se sabe de antemano que no van a tener buenas críticas pero que igualmente necesitan vender. Este año tenemos aquí a Xenoblade Chronicles 2 para Switch. Seguro que es un buen juego, pero su ajustada fecha y la promesa de la casa nipona de llevar un triple A a su consola al mes me hace pensar que es, para la campaña de este año, la apuesta más arriesgada.
Cada producto tiene su estrategia, pero independientemente del éxito (o no) que consigan, todos tienen asegurada una desvirtualización de sus ventas. Unos juegos por la competencia directa frente a otros, y otros por lanzarse en una época de mayor consumo.
Que no os engañen, no todo lo que vende es bueno y no todo lo lanzado en estas campañas es de calidad. A pesar de la gran cantidad de cosas nuevas que podéis descubrir, debéis de seguir con vuestro criterio de convicción y no por lo que os digan las propias casas. En este caso se nota la diferencia de criterio entre las First y las Third. Si os fijáis bien, compañías como EA se aprovechan al máximo de las Navidades, mientras que otras como Nintendo (que prefirió sacar sin prisas Switch en marzo) o Sony con Santa Monica (que prefiere dejar God of War bien terminado), prefieren mimar sus productos para que salgan sin fallo. Tal vez, tener hardware propio y cuidarlo, sea una de las claves del éxito.
No me quiero despedir sin quejarme otra vez de EA. Continúan con descaro y sin vergüenza insultando a la industria. Esta vez con su negativa de seguir editando juegos en Switch justificándose en no tener números suficientes al respecto de Fifa 18 y en que todavía hay pocas máquinas en las casas de los usuarios. EA sigue viendo al ocio electrónico únicamente con los ojos de la máxima rentabilidad haciendo caso omiso de la vertiente cultural. Espero que algún día sus dirigentes dejen sus puestos a una EA mejor, pero para ello, tanto las compañías colaboradoras como nosotros los usuarios deberíamos de emprender juntos un largo camino. Entiendo que lo dicho sea una utopía, pero de algún modo hay que empezar...
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