Seguro que conocéis algún amante del cine que tiene alguna película, que por alguna razón, no la llegó a ver en su día y/o la pospuso para disfrutarla en otro momento, pero al final se le quedó pendiente hasta la fecha. Creo que es un caso muy común, de hecho en el momento en el que se descubre suele catalogarse de pecado capital. Conozco mucha gente que no ha visto nunca Casablanca, Gladiator, Terminator 2, Pulp Fiction, Star Wars o Indiana Jones y no por eso dejan de ser cinéfilos (del género que sea) es más, han visto muchísimas más películas y entienden de cine infinitamente más que yo. He de confesar que nunca he visto Top Gun, que hasta hace bien poco no había disfrutado de El rey León y que necesité tres intentos para una obra espectacular como El día de la bestia. Todos tenemos nuestros secretos, nuestras películas que sin saber muy bien el motivo, se quedaron pendientes para un momento mejor que nunca llegó.
Del mismo modo que ocurre con las películas, hemos llegado a un punto en el que cualquier gamer que lleve disfrutando más de 20 años jugando a videojuegos le ocurra lo mismo con ciertos títulos, considerados por la gran mayoría, como grandes clásicos que perdurarán en la historia. Es este caso, a mi parecer, mucho más plausible que en el cine, pues existen muchos más factores que dificultan el acceso al ocio electrónico frente al séptimo arte.
Actualmente todo el mundo puede fácilmente reproducir vídeo, adquirir una película y disponer de un par de horas, pero la reproducción de juegos depende de cierto hardware específico, la adquisición del título en cuestión y de la economía de cada usuario. No conozco a nadie (seguro que alguien existirá) que tenga el poder adquisitivo suficiente y que lo haya hecho efectivo para tener (en su día o actualmente) cada plataforma que haya existido junto con todos los juegos, a medida que se publicaban al mercado, además de disponer el suficiente tiempo libre como para disfrutarlos íntegramente.
Sí, es verdad, existen los emuladores, que además de ejercer la posibilidad de jugar a títulos que hoy serían muy difíciles de encontrar (tanto el hardware como el juego en particular), ofrecen una vertiente cultural y de hemeroteca que no debemos olvidar (el tema de la legalidad ya lo trataremos en otro post). Tal vez, si no lo jugaste en su día, esta sea una buena opción, aunque no sea lo mismo que la experiencia original.
Dicho esto, quería compartir con vosotros algunos de mis pecados capitales, unos pocos porque era muy pequeño y no pude adquirir la consola en cuestión, otros porque encontrar el cartucho era una odisea, otras veces mi pc del momento no alcanzaba la suficiente potencia y los más comunes por falta de tiempo, no eran mi género favorito o por quedar en el olvido.
Voy a empezar por uno fuerte, nunca he jugado a Final Fantasy VII, nunca tuve una PlayStation en su momento, y cuando pude jugarlo en una PlayStation 2 no me animaba con los RPGs por turnos, es verdad, no es lo mío, pero eso no justifica para no haber empleado algo de tiempo en él. Del mismo modo reconozco que nunca he disfrutado de un Metroid, me he perdido muchísimos FPS y he dejado en el olvido todo lo exclusivo en Xbox. Pero si de algo puedo estar arrepentido es de no haber jugado nunca a Monkey Island sobretodo porque para esto no tengo justificación. He jugado a muchísimas cosas pero todo es imposible.
Puede que me odiéis después del último párrafo, pero esto hay que verlo con otra perspectiva. La industria del ocio electrónico tiene tanta amplitud, que en un momento dado podemos parar, mirar hacia detrás y de vez en cuando redimirnos jugando a los grandes clásicos que dejamos para otro momento. Nunca es tarde, y saber que tenemos algo tan grande ahí pendiente debería de alegrarnos, pues sabemos con total seguridad que no nos va a defraudar y que los vamos a disfrutar enormemente. Es bueno tener cosas grandes pendientes para cumplirlas más adelante, tal vez algunas sean más complejas que otras pero cumplir esos retos siempre será motivo de gran satisfacción.
Después de jugar a tantas aventuras gráficas, saber que tengo esto tan grande pendiente me alegra, imaginaros lo feliz que estoy ahora, pues estoy a punto de empezar una aventura donde aparece un mono con tres cabezas...
¿Cuales son vuestros pecados capitales
? ¿Váis a buscar la redención?